Introducimos aceite en una cápsula dentro de un vaso de precipitados.
Añadimos alcohol al vaso, su densidad es menor que la del aceite, por lo que el aceite permanece en el fondo.
Si echamos agua, líquido miscible con el alcohol, pero inmiscible con el aceite, conseguimos aumentar la densidad del alcohol hasta alcanzar un valor superior a la del aceite, así éste flota.
Para que el aceite flote, el empuje y el peso se igualan. El aceite no está sometido a ninguna fuerza neta y muestra su forma real, esférica.