En Córdoba, algunas hileras de baldosas del pavimento del Puente Romano no han soportado los efectos de la dilatación térmica.
Este efecto se conoce como dilatación térmica lineal. Los materiales aumentan de tamaño por efecto del aumento de la temperatura, las partículas se mueven más y ocupan más espacio. Una de las situaciones más comunes donde se observaba este efecto y se tenía en cuenta a la hora de su construcción es en las vías de tren. Se formaban juntas de dilatación, espacios libres que permitían que las estructuras pudiesen crecer sin deformarse.
Bien es cierto que actualmente las vías de tren no presentan este problema, ya que la unión de las juntas entre raíles se produce por soldadura aluminotérmica que confiere una dureza similar a la del resto del carril. En los trenes de alta velocidad, las juntas con espacios abiertos provocarían roturas de las ruedas y raíles.
La dilatación térmica se puede calcular con la siguiente expresión matemática:
Cada material tiene un coeficiente de dilatación lineal característico, por lo que es una propiedad específica de la materia.