viernes, 3 de agosto de 2018

El cielo a simple vista

El pasado viernes, 27 de julio, pudieron observarse en el cielo varios fenómenos astronómicos. Se produjo la llamada "Luna roja", el eclipse más largo del siglo XXI y además la Luna se veía más pequeña de lo normal.


                                          Foto: NASA

De todo esto nos informaron ampliamente los medios de comunicación e internet. Está justificado el bombardeo inusitado de información porque la ocasión lo merecía, pero hubo más observaciones sorprendentes en el cielo esa noche. Por ejemplo, se podían observar a simple vista varios planetas como son Marte, Júpiter, Saturno y Venus. 



El planeta Marte brillaba cerca de la "Luna roja", haciendo aún más impresionante la espectacular imagen del satélite. El día 27 de julio se produjo la oposición de Marte, este planeta, la Tierra y el Sol aparecían alineados y la distancia a la que se encontraban fue la menor en 15 años. El mayor acercamiento ocurrió el 31 de julio, Marte se encontraba a 57, 59 millones de Km de la Tierra. La última vez que estuvo más cerca lo hizo el 27 de agosto de 2003 (55 millones de Km), hasta 2035 no se producirá una aproximación mejor de la que hemos sido testigos estos días, Marte se situará a 56,91 millones de kilómetros.

Los que no tuvimos la oportunidad de ver el espectáculo con un telescopio o acercándonos a un observatorio astronómico, nos quedó disfrutarlo a simple vista, en buena compañía y aprovechando la serenidad de la noche. A través de una aplicación de móvil, pude identificar donde se encontraban los distintos planetas que se observaban, también las distintas constelaciones. Existen muchísimas aplicaciones que se pueden descargar gratuitamente, yo utilicé Sky Map y me fue de gran utilidad.




Marte se observaba como un pequeño punto brillante fijo de color rojo. Resulta muy fácil distinguir entre un planeta o una estrella en el firmamento. Los planetas no son luminosos por sí mismos sino que son iluminados por el Sol y reflejan la luz de éste, igual como lo hace la Luna; en cambio, las estrellas son otros soles que irradian luz permanentemente. Esto nos sirve para diferenciar en el cielo los planetas de las estrellas, pues mientras éstas titilan, los planetas no, permanecen fijos en la bóveda celeste.

¿Por qué ocurre esto? El que las estrellas titilen es un fenómeno parecido a lo que ocurre cuando observamos una moneda en el fondo de una piscina, que parece que tiembla, o cuando observamos la luz nocturna de las ciudades a cierta distancia lejana, también dan la impresión que tiemblan. La respuesta es que se produce el fenómeno de la refracción. La luz cambia de dirección cuando atraviesa distintos medios con diferente índice de refracción.La atmósfera terrestre produce distorsión sobre los rayos luminosos que nos llegan de las estrellas debido a las turbulencias, a que cada capa atmosférica tiene distinta temperatura y densidad, lo que se traduce en que cada capa tiene un índice de refracción diferente. El cambio de dirección continuado de la luz hace que parezca que la posición de las estrellas se desplaza ligeramente de forma rápida y continua. Para los planetas del Sistema Solar, el haz luminoso que reflejan del Sol es más estable, debido a que se encuentran mucho más cerca de la Tierra y las perturbaciones de la atmósfera terrestre no son perceptibles.

Para visualizar la luz de las estrellas sin titilar es necesario hacerlo fuera de la atmósfera terrestre. Esto se consigue con las imágenes del telescopio Hubble o el observatorio espacial Kepler que orbitan alrededor de la Tierra más allá de la atmósfera.

Telescopio Espacial Kepler (NASA)

Para terminar, recordar otro espectáculo que se puede disfrutar a simple vista, la lluvia de estrellas de las Perseidas. La noche culminante previsiblemente será la madrugada del 12 al 13 de agosto.