La Cueva de los Verdes está ubicada en la isla de Lanzarote, pertenece a una serie de tubos
subterráneos volcánicos (jameos), de unos 6 km de longitud, siendo una de las zonas volcánicas más interesante de la isla.
La curiosidad de esta cueva se debe a la existencia en su interior de un lago de aguas reposadas cuya superficie produce una reflexión especular perfecta. De este modo, no se percibe la existencia de agua y la imagen que se proyecta en la superficie del lago produce cierto temor al visitante ante la posibilidad de precipitarse al abismo.
Los guías gastan la broma de que alguien lance una piedra con fuerza hacia abajo para escuchar el tremendo eco que se produce. La sorpresa reside en que alguien puede acabar empapado sin esperarlo, por el agua que salpica la piedra tras el choque con la superficie del lago.
El fenómeno óptico que se produce es la reflexión. Cuando un rayo luminoso incide sobre la superficie de dos medios distintos puede ocurrir que parte de la energía luminosa siga propagándose en el mismo medio y se refleja.
La reflexión sobre una superficie depende de las irregularidades estructurales de la misma, de la relación entre las dimensiones de dichas irregularidades y de la longitud de onda de la luz incidente. Así, si las posibles irregularidades o rugosidades son pequeñas comparadas con la con la longitud de onda, la reflexión es perfecta y el haz luminosos reflejado emerge en una sola dirección. Se produce reflexión especular.
Por el contrario, si las rugosidades o imperfecciones son del tamaño de la longitud de onda incidente, se producen reflexiones en todas las direcciones y se dice que la reflexión es difusa.